Sin embargo, normalmente se elabora mediante un proceso de rociado simultáneo o colada de mortero premezclado. La Asociación Internacional del Hormigón Reforzado con Fibras de Vidrio (GRCA) reconoció muy pronto la necesidad de establecer normas de calidad para el HRFV.
Con tal fin, la GRCA introdujo el Registro de Fabricantes Autorizados, además de publicar materiales de referencia tales como las Especificaciones para la fabricación, curado y ensayo de productos de HRFV, y los Métodos de ensayo del hormigón reforzado con fibras de vidrio, y participar activamente en el establecimiento de la norma BS EN 1170, partes 1–6 del HRFV. En la actualidad, los especificadores pueden pedir con total tranquilidad HRFV de grado 8, 10 ó 18 fabricado por un miembro del Registro de Fabricantes Autorizados de la GRCA.
Desde hace 40 años hasta hoy
El HRFV se estableció rápidamente como un material ideal para arquitectos en busca de:
- libertad de formas y una excelente reproducción para reformas y renovación
- bajo peso con facilidad de manipulación a pie de obra
- una menor carga sobre los cimientos
- un material respetuoso con el medio ambiente.
El HRFV proporciona a arquitectos y diseñadores una variedad más amplia de formas y texturas que casi todos los demás materiales. En 1977, Whinney Son y Austin Hall ya se habían hecho eco de esto cuando construyeron uno de los primeros edificios de prestigio hechos con HRFV: el n.º 30 de Cannon Street, en pleno centro de Londres. Se fabricaron unos 1900 paneles de doble chapa para este edificio de siete pisos. La liviandad de los paneles huecos de HRFV permitieron al arquitecto inclinar las paredes hacia fuera. Esto, unido a la delgadez de los paneles, permitió crear más metros cuadrados de valiosas oficinas en el centro de Londres. Hoy día sigue siendo un destacado punto de referencia de la capital inglesa que sigue dando mucho que hablar.
En los últimos 40 años se han creado muchos otros edificios emblemáticos con revestimiento de HRFV en todo el mundo, entre ellos el edificio de 32 pisos Parc Fifty Five, construido en San Francisco en 1984, en el que se incorporaron 3624 paneles de HRFV, incluidas columnas redondas estriadas y arcos de medio punto con juntas biseladas muy marcadas.
En 1990, se puso la primera de las 72 000 piezas de HRFV que se utilizarían para restaurar el histórico edificio Shepard Hall de Nueva York, y que incluían 4000 formas finitas y esculturas ornamentales.
Parte de la restauración consistía en sustituir la terracota vidriada original, y las obras tardaron muchos años en completarse. Cabe destacar que algunas de las últimas piezas en instalarse están junto a las que se pusieron 20 años antes, y la diferencia en su aspecto es mínima según el arquitecto Carl Stein, que señaló: «El material resulta atractivo no solo por su gran flexibilidad de forma y superficie, sino también porque sus muy bajos requisitos de mantenimiento encajan con nuestra estrategia ecológica general». Podrá obtener más detalles en el vídeo de Shepard Hall de la GRCA.
Hasta el día de hoy, el HRFV sigue utilizándose en todo el mundo, tanto en estructuras de economía eficaz como de prestigio, y un ejemplo de ello es un edificio único que se completó hace poco en el Reino Unido. Para construir la Escuela de Salud de la Universidad de Bradford se utilizaron 400 planos de distribución, retención y componentes. Además, el uso cuidadosamente controlado de distintas dosis de pigmentos para cada panel produjo una atractiva mezcla de retazos de colores. El resultado es una fachada llamativa y totalmente única, que será fuente de interés e inspiración durante muchos años. Nick Cooper, del despacho de arquitectos Farrell & Clark, dijo: «Gracias a la elección del material y el fabricante, el edificio terminado refleja casi exactamente el concepto visual inicial que se presentó para solicitar el permiso de obras».
Aunque el revestimiento es la "cara bonita" del HRFV, su combinación de ligereza, bajo mantenimiento y facilidad de moldeo en formas complejas ha hecho posible la fabricación de una plétora de productos de HRFV en todo el mundo.
En ingeniería civil, el HRFV se ha utilizado en barreras acústicas, encofrados de tableros y pretiles de puentes, y revestimientos de túneles. El uso de HRFV en componentes de viviendas domésticas también ha aumentado considerablemente.
Desde sus comienzos en 1969, el uso del HRFV ha ido creciendo año tras año y se están encontrando nuevas aplicaciones continuamente en las que su mezcla única de liviandad y plasticidad, superficie duradera y propiedades ecológicas proporciona soluciones económicas a muchos problemas arquitectónicos.